Trump entrega medallas del Kennedy Center Honors a Stallone y KISS en la Casa Blanca, marcando un cambio en la tradición del galardón.
En un evento único que une política y artes escénicas, el presidente Donald Trump encabezó el 6 de diciembre la entrega de medallas del Kennedy Center Honors 2025 en la Casa Blanca.
Este evento, que reunió a figuras icónicas del cine, la música y el teatro, no solo celebró logros artísticos sino que también marcó un cambio significativo en la tradición del galardón, con Trump asumiendo un papel destacado como anfitrión de la gala principal el 7 de diciembre en el Kennedy Center.
Los homenajeados de esta edición incluyen al actor y director Sylvester Stallone, famoso por su papel en la serie Rocky; la cantante Gloria Gaynor, cuyo tema “I Will Survive” es un himno de empoderamiento; el ícono del country George Strait, con más de 100 millones de certificaciones RIAA; Michael Crawford, estrella del musical El Fantasma de la Ópera; y la banda de rock KISS, representada por Paul Stanley, Gene Simmons y Peter Criss, mientras que la hija del fallecido guitarrista Ace Frehley recibió el reconocimiento en su nombre.
Durante la ceremonia en la Oficina Oval, Trump elogió a los artistas como “el grupo más logrado y renombrado que se haya reunido jamás” y presentó los nuevos medallones, rediseñados por Tiffany & Co.
Estos nuevos medallones sustituyen las tradicionales fajas de arco iris por un listón azul marino minimalista, simbolizando dignidad y tradición, con un disco de oro grabado con la imagen del Kennedy Center rodeada de colores arco iris y el nombre del homenajeado junto a la fecha en el reverso.
Este cambio, el primero en 47 años, se produjo tras la decisión del centro de cambiar al joyero original.
Trump, quien afirmó haber estado “al 98% involucrado” en la selección de los homenajeados, rompió con el protocolo al trasladar la entrega de medallas del Departamento de Estado a la Casa Blanca y anunciar su rol como maestro de ceremonias en la gala, que se transmitirá el 23 de diciembre por CBS y Paramount+.
“Conozco a la mayoría de ellos y he sido fan de todos”, dijo el presidente, destacando su cercanía con Stallone y Simmons de KISS.
Esta edición también refleja cambios significativos en el Kennedy Center: en febrero destituyó a la presidenta Deborah Rutter y al chairman David Rubenstein, asumiendo el rol de chairman y nombrando a Richard Grenell como presidente interino.
Los artistas expresaron su gratitud y sorpresa por la atención presidencial.
Gloria Gaynor, emocionada, señaló: “Es un honor recibir este reconocimiento en vida, en un país que me dio tantas oportunidades”.
Gene Simmons de KISS comentó: “Es sorprendente ver a un presidente que conoce nuestra música y la celebra”.
George Strait reflexionó sobre el reconocimiento de la música country como parte del alma estadounidense.
Sylvester Stallone, visiblemente conmovido, agregó: “Nunca imaginé recibir un honor de esta magnitud, y menos de manos del presidente”.
Michael Crawford agradeció que el teatro musical se eleve al mismo nivel que otras artes.
Los Kennedy Center Honors
Iniciados en 1978, han evolucionado de un evento íntimo a una gala de alto perfil con tributos de estrellas como Beyoncé para Tina Turner o Aretha Franklin para Carole King.
En sus primeras décadas, se priorizaron las artes clásicas, pero ediciones recientes han incorporado pop y rock.
La selección tradicional involucraba un comité bipartidista con input público y de ex-homenajeados, pero 2025 marca un giro hacia figuras mainstream, coincidiendo con un récord de recaudación de 23 millones de dólares, atribuido al entusiasmo de donantes bajo el liderazgo de Trump y Grenell.
Sin embargo, las ventas de boletos han caído tras las reformas, y críticos señalan presiones políticas en un evento históricamente apolítico.
Esta edición no solo resalta talentos que han unificado a millones, sino que también posiciona al Kennedy Center como un epicentro de la cultura popular bajo la visión de Trump, quien bromeó sobre renombrarlo “Trump Kennedy Center”.
Mientras la gala promete actuaciones emotivas, el evento subraya tensiones entre tradición y transformación en las artes estadounidenses.
