De acuerdo al informe de Reporteros sin Fronteras ubica a México como el segundo país más peligroso para el periodismo en el Mundo, destacando el impacto del crimen organizado y la impunidad
Morelia, Michoacán.- El 2025 cierra como uno de los años más violentos para el ejercicio periodístico en el mundo, con un impacto especialmente grave en México y en regiones de alta conflictividad como Michoacán, ya que, de acuerdo con el balance anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF), el país volvió a colocarse entre los más mortíferos, en un contexto global marcado por el odio, la impunidad y la violencia criminal contra comunicadores.
El informe señala que, entre el 1 de diciembre de 2024 y el 1 de diciembre de 2025, 67 periodistas fueron asesinados a nivel mundial, mientras 503 permanecen encarcelados en 47 países y 135 están reportados como desaparecidos.
Además, 20 comunicadores fueron secuestrados en este mismo periodo, de manera que las cifras confirman un deterioro sostenido de la seguridad para la prensa en distintos continentes.
RSF detalló que al menos 79 por ciento de los asesinatos fueron perpetrados por fuerzas armadas —regulares o paramilitares—, es decir 37 casos, así como otros 16 por organizaciones criminales.
Casi la mitad de las muertes, 43 por ciento, ocurrió en Gaza, donde periodistas palestinos murieron bajo el fuego del ejército israelí, lo que convierte a ese territorio en el epicentro mundial del riesgo para informar.
América Latina figura nuevamente como un escenario crítico; la región concentró 24 por ciento de los asesinatos registrados en el mundo durante 2025. En este segmento, México destaca de manera alarmante.
En su balance, RSF señaló que nueve periodistas fueron asesinados en México en el periodo evaluado, lo que convierte a 2025 en el año más mortífero para el gremio en al menos los últimos tres años.
Esa cifra coloca al país como el segundo más peligroso del planeta para ejercer el periodismo, sólo por debajo de zonas de guerra activa.
La organización internacional subraya que el recrudecimiento de la violencia contra periodistas en México está directamente relacionado con la actuación del crimen organizado, que continúa atacando a comunicadores que cubren temas de seguridad, corrupción o disputas territoriales.
Aunque el informe no ofrece desagregados por entidad federativa, pero los nueve asesinatos ocurridos este año reavivan las alertas en estados con presencia permanente de grupos criminales, como Michoacán.
La entidad ha enfrentado, en distintos momentos, agresiones, amenazas y desapariciones de periodistas en contextos donde confluyen disputas armadas y debilidad institucional.
En ese sentido, el caso michoacano se inscribe en la preocupación señalada por RSF: la persistencia de un clima de impunidad estructural que no sólo permite la repetición de ataques, sino que inhibe el ejercicio pleno del derecho a informar.
La falta de resultados en investigaciones, aunada a la precariedad laboral del sector, expone a reporteros locales a operar en condiciones de extrema vulnerabilidad.
RSF enfatiza que los periodistas “no mueren por accidente, son asesinados”, para subrayar que las cifras de violencia derivan de mecanismos deliberados de silenciamiento y control.
Su balance anual advierte que, sin medidas efectivas de protección, sin investigaciones diligentes y sin sanciones para los responsables, los riesgos seguirán profundizándose tanto en México como en regiones particularmente sensibles, entre ellas Michoacán.
El informe 2025 de Reporteros Sin Fronteras constituye, así, un llamado urgente para que los Estados refuercen sus sistemas de protección a periodistas, garanticen investigaciones imparciales y adopten estrategias que permitan frenar la espiral de violencia e impunidad que amenaza directamente el derecho a la información.

