En Michoacán se revelan amarres políticos que impactan en la FGE con Revolución Social y los nuevos acercamientos del alcalde de Morelia con viejos rivales y el gobierno federal
Amarres políticos que impactan en FGE
Las decisiones políticas en la definición de cargos públicos generan una suerte de pirámide al interior de las instituciones en las que, la designación de los servidores públicos lejos de obedecer a las capacidades y trayectoria de los perfiles que se designan, siguen la lógica de los amarres políticos.
Es el caso de la Fiscalía General del Estado de Michoacán, en donde los acuerdos políticos tejidos con la dirigencia estatal del Partido Revolucionario Institucional, concretamente con los hermanos Guillermo y René Valencia Reyes, habrían derivado en la designación de Alejandro Villaverde Reyes como titular del Centro de Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias.
El nuevo funcionario de la Fiscalía es compadre del dirigente estatal tricolor, y tienen amistad desde que eran estudiantes en la Facultad de Derecho de la Universidad Michoacana. Hasta hace unas semanas Villaverde se venía desempeñando como secretario jurídico del PRI Michoacán.
El titular de la , habría tardado en cumplir el compromiso asumido con los líderes de la organización Revolución Social, luego que estos le brindaran su apoyo durante su campaña por la búsqueda de alcaldía de Morelia y también para su designación en el cargo. De inicio había transcendido que la petición tricolor fue por la Fiscalía Regional de Morelia para René, pero al parecer, por lo pronto se tendrán que contentar con lo que hay.
Pero más allá del PRI, la designación de Villeverde deja de manifiesto la intervención de la polémica organización Revolución Social, en la estructura superior de la Fiscalía del Estado.
Amores palaciegos
En la búsqueda de la sobrevivencia y continuidad política, el corazón del alcalde moreliano ha demostrado ser pródigo de amores palaciegos. Hoy entregado en lisonjas, abrazos y fotografías con quien en el pasado sostuvo tórridas desavenencias.
Así escribió su historia con el michoacano que fuera dirigente nacional albiazul, con quien por años mantuvo disputa, a tal punto que se viera obligado a renunciar al partido que lo hizo, para luego recuperar su amor, y retomar alianzas a futuro.
Otra historia similar la ha escrito con quien dirige los destinos de la administración pública estatal, manteniendo por años una confrontación abierta que, por arte del pragmatismo político hoy se ha diluido. No cabe duda que la convicción ideológica es espejismo temporal cuando el interés común sale a flote.
Ahora guiña también el ojo al gobierno federal de la 4T, mas no a quien lleva los destinos del país, en particular a quien tiene en sus manos la seguridad pública nacional, visitándolo hasta la capital del país, para prodigarle obsequios y tomarse la foto.
Pero, ¿Cuánto durarán estos tórridos romances?


